lunes, 4 de febrero de 2008

CARNAVALES 2008

Fin de semana muy agitadito. El sábado toda la mañana metida en la cocina. Después de comer, colaboró mi compañero y limpiamos entre los dos la planta de abajo.
A las 16:15 ya estaba en la plaza viendo el ofertorio.
El ofertorio es algo así como: las personas vestidas de carnaval es decir, disfrazadas, van a ofrecer dinerito y eso les da derecho a besar los pies de una cruz. Creo era de oro, porque brillaba y estaba reluciente. A mí eso me parece antihigiénico. No por na, solo que si yo en esos momentos estoy constipada, por mucho que pasen un trapo para limpiar, ahí quedaran mis germencitos. Irá un niño/a, inocente y se los llevará en sus labiecitos. Es antihigiénico a mi parecer. Otra cosa. No entiendo como un pobre le da a un rico. La iglesia es rica. Que yo sepa tiene muchas joyas y Catedrales donde se paga por visitar,… Ella debería de ayudar a los pobres y no estos a ellos. En fin esto es harina de otro costal y ese es un tema que no voy a tocar.

Hice fotos, montones de fotos. Lo pasé francamente bien.
CARNAVALES 2008 Después del ofertorio, estuve en la Peña con Antonio y José Luis. Ellos metían información en el sobre y yo pegaba, así en cadena se hace bien. Es la información para los socios.

Escuchamos mucho ruido por la ventana y era la soldadesca del carnaval y demás acompañantes. Acudían a tomar una limonada y tostones, típico de los carnavales en mi pueblo. Jajajaja por fin me decidí y bajé a por una bolsita de tostones para dejarle a mi padre. Uffffff, a mi se me hincha la tripa si los como y no hay quien me pare a tirar aires corrompidos.

Después fuimos a misa de difunto. Era por el padre de unos amigos.
Sinceramente allí se hablo del cielo y el infierno en fin. Que cuando uno la palma, dejó el cielo aquí abajo o el infierno, dependiendo de cómo le fuera en la vida. Si su vida era una vida dura de sufrimientos, dejo el infierno y si era una vida feliz, pues dejo el cielo acá. El cielo y el infierno están en al tierra con los vivos, yo no creo que luego haya eso. Aquí si es donde se vive día a día. Algunos francamente siendo inocentes lo pasa muy mal y nada hicieron para merecerlo. Las guerras son auténticos infiernos. Los terremotos, el hambre, las enfermedades, las muertes agresivas,…Eso ya va en las creencias de cada uno.

Cenamos sobre las 21 horas y a las 22 llegaron Maite y Presen jajajaja, dos amigas para disfrazarnos e ir a la cabalgata del carnaval realeño.
Yo ya estaba medio vestida y pintada jajajaja. Muy mal pintada, primera vez que me pinté en mi vida y me quedó como un churro. Lavé mi cara y mi amiga Presen me pintó jajajaja.

Todas disfrazadas, y mi compañero también, bajamos a la peña. De allí salía la cabalgata. Paseitos, cuestas y parada para bailar el carnaval. Así dimos la vuelta al pueblo y paramos 3 veces para bailar las personas que quisieran. El tercer baile fue en la plaza. Duró bastante. De aquí a la peña a reponer fuerzas. Serian las 12 de la noche y hacia frío. Así que la peña nos invitó a un chocolate con bizcochos.
Ummmmmmmmm, estaba rico rico y calentito. Se pudo repetir jajajaja; las más glotonas como yo repetimos. Faltaron unas porritas pero a falta de pan buenas son tortas jajajaj, había bizcochos, son más finos y más dulces.

El chocolate lo dieron en el bar de Paquillo, la antigua churrería. Allí el ayuntamiento contrató una discoteca móvil y a mover el esqueleto.
Maite, su hombre y Presen se fueron sobre la 1 de la mañana.
Bueno, la música no era de nuestro agrado así que sobre las 2 de la mañana levantamos vuelo. Hicimos una vista al bar de Harry y estaba de lo más animado. Tomamos un cubata mi compañero, yo un zumo de naranja y a la cama.

Domingo despertamos a las 10 de la mañana con el sonido de las canales golpeando la ventana y el pavimento. El pueblo estaba envuelto en una mañanita de niebla tupida. Solo tenia visibilidad a la casa de la vecina donde su chimenea toda contenta echaba bocanadas de un humo blanquecino que se envolvía con la nieblita y daba olor a la resina de la encina que calentaba el hogar.

La niebla fue abriendo y de vuelta a Madrid, se veía perfectamente todo lo que nuestros ojos abarcaban a ver.

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