viernes, 21 de agosto de 2009

A coger Higos




Hoy hemos madrugado. Hemos ido a coger higos y a cortar el pasto del huerto.
Los campos están secos, necesitan que llueva agua del cielo. De vez encunado a las higueras, olivos, manzanos, y perales, les damos un buchito de agua de la alberca, pero sólo es para calmar la sed. No es suficiente, solo les da para mojar sus secados labios. Sus raíces solo ven como una pequeña lagrima que se disipan al llegar al fondo, no da tiempo ni a saborearla, la absorbe la fiebre de la tierra.

Después de dar de beber a los árboles, una servidora se ha encaramado a una pared a coger higos. No lo tenía nada fácil, así, que he puesto una mesa desechada que tenemos por allí bien pegada a la pared. Me he subido, y de ahí a los cantos.
Encima de los cantos, he bailado pero sin proponérmelo, pues mi peso no es el de una pluma, y a mis movimientos bailaban las piedras. Sin ningún problema he cogido higos desde la pared. Bajar he bajado muy despacito, y sabiendo donde ponía los pies, pues la pared no es nada segura y podía irme detrás de los cantos.
Antonio, mi compañero, cuando me ha visto en la pared, me ha dicho que tuviera cuidado, nunca me dejan subir a los sitios, pero hoy estaba entretenido cortando el pasto y yo me he subido.
De ahí me he ido al árbol, y muy despacito he ido trepando. No sé cómo he subido, pero cuando ya estaba arriba y había cogido muchos higos, le he llamado para que me viera. Y como él me dice que estoy muy gordita, le he dicho: gordita pero aun ágil. Casi con medio siglo, aun trepo por los árboles como una gata. He subido despacito sin que nadie me viera, me he buscado las mañas y arriba del árbol como un pajarito comiendo higos.

Perooooo ¡¡¡ayyyyyyyyyy Dios mío!!!, no era tan fácil para bajar. Todo lo que sube baja se dice cuando un hombre tiene su miembro viril en posición eréctil. Pero yo lo que se dice bajar no he bajado, claro que yo soy más pesada que los pocos gramos que pesa un pene. Yo, más bien he arrastrado mi hermoso culín por la corteza del árbol. Le he dado un buen sobo al pobre árbol. Mis tejanos ya pasados, han conseguido más agujeros jajajajaja. No sabía dónde poner los pies para bajar sin escurrirme. Jajajajajaa, al final y después de mucho insistir Antonio, me he lanzado a sus brazos jajajaja. No nos hemos ido los dos al suelo de milagro. Le he desplazado bastantes pasos desde donde me recogió. Después de estar abajo, me he reído un montón, porque seguro su cuerpo ha pensado que se ha cargado con un gran saco de patatas jajajaja pues su peso es de 67 kilos y el mío de 69, para haberlo reventado al pobre.
Por el camino hemos recordado 15 años atrás, que yo pesaba bastante menos,mi cuerpín era menudo y algo esmirriadillo, 49 kilos, pero no podía ir al campo ni trepar árboles, mi corazón no me lo permitía. Así que ninguno de los dos cambiamos el estado físico de antes, por el de ahora. Bueno yo al menos no, supongo que él tampoco, y si quiere cambiar que busque a otra joven de menos peso, pero no con mi experiencia y mi personalidad :-) Creo a ciencia cierta, que perdería ;-)




jueves, 20 de agosto de 2009

Mariposas



Su belleza es inigualable. Si fueran seres que duraran tantos años como nosotros los humanos, el mundo creo que sería más hermoso. Tendría más color, habría más libertad. Seriamos más humanos... ¿Por qué digo esto? Porque la belleza de la naturaleza anima a ser más sensibles, mejores, más bondadosos, más compasivos, misericordiosos,… La ternura y belleza de estas criaturas, un amanecer, un atardecer, la vegetación, las montañas, la mar, las nubes, la luna,... nos colman de bienestar, y de esta forma emanamos emociones inquietudes, sentimientos que en los tiempos que vivimos están algo olvidados.

Hoy estoy satisfecha de haberme levantado, de haber podido ver amanecer, de haber estado en el lugar oportuno para ver la maravilla de la vida y la naturaleza.
La mariposa, creo que ha presentido mi emoción, y se ha dejado fotografiar. He estado a poco más de 5 centímetros suyos. Creo que huelen cuando hay peligro y por eso salen volando. Yo jamás haría daño a una criatura tan bella, tampoco a las moscas, ella creo que ha estado tranquila. Incluso creo que ha sentido mi respiración y los latidos de mi agitado corazón, pensando que no podría tomarla para inmortalizarla. Por eso, ella ha pensado, bueno va, me dejo fotografiar por esta mujer. Me he arrodillado, he estado como una estatua, he dejado por momentos de respira, y ella lo ha intuido y ha sido paciente conmigo. Se ha dejado.

Seguro que llegó al lugar a sentir la algarabía de tantos niños y niñas. Los niños dan alegría y por eso ella también vino a la fiesta.
En mi pueblo se celebra la semana cultural. Hoy tocaba Jornadas Urbanas sobre Ruedas Sin Motor. Han hecho un recorrido por el pueblo, y el destino la Fuente de El Batan.
Aquí esperaban las Lavanderas, una tradición de antaño que no se quiere olvidar, y de ahí que se siga manteniendo.
Pongo dos fotos como muestra.











En ese lugar llamado Parque de El Batan estaba la mariposa tan bella.


Esta mariposa es de La Cabezuela, otro lugar de mi pueblo.