domingo, 4 de mayo de 2008

Monestir de les Avellanes

Qué sueñoooooooooo. Hemos amanecido a las 4:30 horas. Un lavado de gatos. Desayuno de lechecita con café y dos bizcochillos de soletilla, jejejeje, entran en el régimen. ¡¡¡Esta vez sí que estoy haciendo bien mi dieta!!!.
Mi chofer particular jijijiji se fue a buscar el coche al garaje, mientras tanto yo terminaba de recoger la cama y los cacharros del desayuno y rinnnnnnnnnn, a los diez minutos el timbre suena. El chofer ya llegó :-)
Cargamos los bolsos de viaje y despacito a Cataluña. La primera parada a las a las 7:30 horas. Una no aguanta mucho por el diurético de la mañana y así de paso, mi compañero se tomó un cafetito para espabilarse. Y mira que no dejé de cascar en toda la mañana, pero aun así las persianas se le bajaban. El cafetito lo espabiló y por fin pude dejar de desenhebrar la aguja y cambiarla de otro color. Esta vez fue un hilo musical de Ismael Serrano que lo llevó todo el camino tarareando.
Después de ver un bonito paisaje y de rascarnos el bolsillo para pagar la autopista por una módica cantidad de 23,50 euros, llegamos a Santa Coloma de Gramanet en Barcelona a las 11:45 horas. Besitos, muchos besitos a la familia. Platón estaba arisco y nos enseñó sus colmillos caninos, pero como a los 5 minutos ya era nuestro amigo. Descansamos y charlamos un rato hasta la hora de la comida.


Después de comer, tuvimos una dilatada tertulia y reposamos un poco mientras hacíamos la digestión. Alguno se echó una siesta en el sofá, y salimos para ver Barcelona. Paseamos por el Barrio Gótico, la Catedral, Las Ramblas, bajamos al puerto, entramos al Maremagnum, aquí cenamos, y de vuelta a casa. Un poco de tertulia, un poco de tele y a la cama. Algunos dormimos entre algodones y no nos enteramos de nada. Amanecimos el vienes, 2 de mayo, más frescos que una lechuga y con el día programado. Fui con mi cuñada a comprarme unos zapatos para mis pies delicados. Me probé los zapatos y yo notaba que el derecho era perfecto, entró en mi pie como un guante. El izquierdo estaba demasiado holgado. Comenté a la señora que me atendió que eran muy cómodos y que notaba bastante diferencia de un pie a otro. Contestó que siempre un pie es mayor y otro más pequeño, pero yo no estaba cómoda. Aun así pague 79 euros por los zapatos y salimos para casa. Antes hicimos algunas compras y yo no dejaba de mirarme el zapato izquierdo, no estaba a gusto con él. Mi cuñada me dijo varias veces que qué me sucedía, yo sólo decía que me quedaba grande. Por fin se la ocurrió la brillante idea de que me quitara el zapato y mirara para ver si eran el mismo número jajajaja y uno era el 34 y el otro el 35 jajajajaaja. Ese era todo el problema ¡¡Qué vergüenza!!! Después de llevar más de 10 minutos andando con los zapatos nuevos, tuvimos que volver otra vez a la tienda y expuse el problema. Las dependientas me pidieron disculpas y no hubo ningún inconveniente. Me dieron el numero correspondiente del pie izquierdo y entró como un guante. Los pies iban como en una nube de algodón blandito y azucarado, de lo dulces y acariciados que iban por la suavidad de la piel. La verdad son caros pero los pies lo agradecen. Una ya tiene juanetes y los tiene que cuidar.


Seguido y hecha la compra, viajamos a Lérida, la Cataluña interior. Visitamos el Monestir de les Avellanes. El Monasterio es un lugar muy tranquilo para pasar unos días con la familia y relajarse. Los campos están adornados con árboles de avellano y vides. Hay mucha arboleda y verdor. Un lugar para la meditación y el disfrute de la naturaleza. En el interior del Monasterio hay una exposición de Enric , aquí dejo algunas de sus obras. Éramos cuatro adultos y un joven de 16 años y la verdad, salimos satisfechos de las obras contempladas. A mi compañero le gustó mucho el de la Campesina. A mí cuñada el de la Virgen con relieve. A mí me gustan todos, entre ellos hay uno que yo he servido de modelo. Mi hermano y Samuel, no se decantaron por ninguno. Se ve que todos los cuadros fueron de su agrado. El suelo del habitáculo donde está la exposición, en sí es un autentico museo de capiteles del siglo XVIII, cubierto por un cristal transparente por donde se puede pasear y contemplar estos preciosos terminales de columnas de piedra. Preguntamos para comer en el lugar, pero solo quedaba una mesa para tres personas, ¡¡qué lastima éramos cinco!!. En un cartel de publicidad recomiendan otros restaurantes cercanos entre ellos Calpepito del cercano pueblo de Balaguer. Este restaurante está en la plaza del citado pueblo. El menú extraordinario. Por 12 euros por persona se come de maravilla. Comida sana, fresca y bien presentada. Yo pedí una ensalada mixta que estaba compuesta de: lechuga, huevo duro, aceitunas, tomate, espárragos, alcachofas, pimiento y angulas. De segundo conejo en salsa, estaba rico rico, y de postre sandia. Mi compañero tomó como yo solo que el postre lo cambió por helado. Mi hermano tomó igual menos el primer plato que fue gazpacho. Samuel macarrones al pesto, de segundo tomó croquetas y sandia de postre. Mi cuñada la ensalada y de segundo bacalao y también sandia de postre. Una vez terminado de comer paseamos por el pueblo y su plaza, de esta manera bajaría mejor la comida y el vino, quienes lo bebieron, también se iría a los pies y no a la cabeza :-) .
El pueblo está atravesado por el río Segre. Por cierto, le podían limpiar un poco. Hay montones de hojas podridas entre la belleza de montones de patos, ocas y cisnes que se entretienen en comer enormes y pequeños peces. Sobre las 17 horas hicimos el viaje de regreso a casa. Ducha y salimos de paseo y a cenar de tapeo. Después un gran paseo y a casa.
Algunos nos acostamos pronto por cansancio. Otros se quedaron a ver la tele hasta las tres de la mañana con su sobrino.


Sábado por la mañana fuimos a visitar a los tíos. Mi tío Ángel el hermano de mi padre y su mujer Agustina. Los primos no estaban. Salieron con sus familias de viaje a otros lugares. Sobre las 13 horas volvimos a casa y ya tenía mi cuñada la comida preparada. Comimos y nos fuimos a ver de jugar al fútbol a Samuel. Samuel lleva jugando desde muy niño al fútbol. Ahora juega con el Badalona. Y allí estuvimos viendo como jugaba contra la Grama. Perdieron dos uno, pero jugaron muy bien. El equipo de mi sobrino ya está clasificado en la liga y no necesitaban ganar :-) Vinieron más familia del futbolista y luego, todos juntos, nos fuimos a dar un paseo y tomar un refresco en la Plaza de la Vila. De vuelta a casa pedimos unas pizzas para cenar todos unidos. Terminada la cena y tertulia, cada mochuelo a su olivo y a dormir: el domingo nos esperaban 630 kilómetros de vuelta. Y ahora, en el camino, mientras mi compañero conduce aquí está una servidora, dándole a las teclas del portátil y, a punto de agotar la batería de éste.
El viaje fue bien, llegamos a casa a las 15:15 y después de una ducha, lavadora tendida y demás ropa colocada, aquí estoy de nuevo escribiendo y subiendo fotos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

un hermoso viaje, hermoso recorrido y lleno de familia.
Felicitaciones.

Unknown dijo...

Gracias Tony, sí, la verdad he disfrutado mucho de mi familia. Ya lo necesitaba. Llevaba desde el verano sin verlos ni abrazarlos. Gracias por darte un paseito por este lugar que es parte de mi casa y vivencias.
Un abrazo