África vive entre la queja de la injusticia, la pobreza y la esperanza de un futuro mejor. El Papa Benedicto XVI con su viaje a África, seguro que soluciona todos los problemas que allí existen.
Por lo pronto en una de sus conferencias les ha animado a los creyentes que no usen el preservativo. La ignorancia hace que se tenga miedo de ofender a Dios. Si Dios abriera sus ojos y viera como está la situación de muchos de sus creyentes, se moría de un gran disgusto. El usar el preservativo, es una forma de salvar vidas y de que no se expanda más la pandemia de sida y otras enfermedades de transmisión sexual que sufre África.
Utilizar profilácticos es darles más calidad de vida. Es que los niños nazcan sanos. Es salvar vidas y a la vez almas. Cada vez estoy más convencida de que Dios es una cosa, la religión es otra y la jerarquía eclesiástica es otra muy diferente. Yo pienso que si Dios estuviera entre nosotros, como buen revolucionario, regalaría los preservativos para que los hombres y mujeres disfrutaran sin ser contaminados.
En fin que creo que las palabras del Papa producirán las muertes que pueden ocasionar las guerras, los tanques,… Sus palabras son como varias bombas que van explotando temporalmente y dejan a su paso desolación. Niños y niñas huérfanos, y padres y madres sin sus hijos. Es como un genocidio lento el dar alas a una enfermad que mata poco a poco, porque en África no hay medicamentos para poder atajar el sida.
Si Dios levantara la cabeza y viera y escuchara lo que se dice o se predica en su nombre, le daba un patatús al pobre y volvía a morir de indignación.
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