Mini cuentos de la red

Minicuentos tomados de la red


Cuentan de un sabio que un día no supo qué pensar.

Y dimitió.

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Cuentan de un político que un día no supo qué prometer.

Y se deprimió.

***

Cuentan de un escritor que un día, enamorado de un diccionario, corrió tras sus páginas y nunca más regresó.



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El manjar

Cuentan que en cierta ocasión una mosca encontró una inmensa caca de vaca, recién “fabricada”. Se posó en ella admirada y notando que la boca se le hacía agua ante el inminente festín. Pero antes, sintió la necesidad de orar:

-Gracias, Altísima Mosca Suprema, por lanzar desde el cielo tan suculento manjar.

Y llena de alegría, se puso a comer.

Escrito por Braulio Llamero


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El erizo

Este era un erizo que vivía muy triste porque todo el mundo le echaba puyas… Por donde quiera que pasaba se sentía atacado. Por eso decidió un día alejarse de todos y de todo. Hasta que una noche de claro de luna vio su imagen reflejada en un pozo. Y se dio cuenta de que las puyas; o sea, las púas, los dardos puntiagudos, recubrían todo su cuerpo. Por eso los demás, temerosos, se ponían en guardia al cruzarse con él.

(De este minicuento es co-autora Giovanna Faccini)



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El golpe

Esto era un pequeño canguro que nunca había salido de la bolsa de su mamá. Hasta que un día, en un gran salto de la madre, se cayó. Entonces, al tratar de moverse, comprobó que también él podía saltar. Y le gritó a la mamá-canguro, dando saltos:

-¡Mamá, mamá! ¡Mírame! ¡Soy un saltamontes!

La mamá se tocó la sien:

-¡Vaya golpe en la cabeza que se ha dado el chaval!


Escrito por Braulio Llamero


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Vacas

Érase una vaca próspera y bien alimentada, que vivía en un país de verdes praderas. Pero la vaca no era feliz:

-Qué aburrimiento. No le veo sentido a esta vida de pastos eternos y “dolce far niente”.

-¿Y qué? -le preguntaban las colegas de manada, que nunca se acostumbraban a su forma de hablar.

-Que siento vacía mi vida, todo el día comiendo y sin nada mejor que hacer.

…………………………………..

Érase al mismo tiempo una vaca flaca, que apenas comía, ya que había nacido en un país desértico y sin pastos. Desde que se despertaba hasta el anochecer, todo su afán era buscar alguna mala hierba que llevarse a la boca. Cuando lo conseguía, eso sí, se sentía inmensamente feliz.

-¿Cuál será el colmo de la felicidad? -le preguntó otra vaca flaca un buen día.

-Vivir en un país de verdes praderas y pastos perpetuos, sin duda.

…………………………………

Eso piensan todas las vacas pobres del mundo.

Ni se pueden imaginar lo mucho que sufren todas las vacas ricas del mundo.

Las vacas, claro, son animales irracionales.

No como tu y como yo…


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El pacifista

Esto era un ejército mandado por un pacifista. Un día, otro ejército atacó el país, destruyendo cuanto hallaba a su paso.
-¿Qué hacemos, señor ministro? –Preguntaron con angustia e impaciencia los generales.
-Dos no pelean si uno quiere. Iré a dialogar con los invasores.
El ministro nunca volvió, solo su cabeza ensartada en una lanza.
Los generales mandaron a sus soldados a luchar contra los invasores.
-Con que uno quiera, dos se pelean. Vaya que sí –explicaron en su arenga final.

(Pero este cuento tiene un fallo de lógica. A ver si alguien sabe cuál es)


Escrito por Braulio Llamero


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“Numbers”

En 1 ocasión 2 corderos mordisqueaban 3 juncos junto a 4 piedras en el 5º pino. 6 ovejas aburridas se acercaron a formularles 7 preguntas en 8 segundos con 9 décimas. Mareados de tanto número, los corderos pidieron al lobo que los comiera, aunque no antes de la hora 11ª.

-¿Y esa cuál es?

- La anterior a la 12ª.

El lobo gritó:

-¡Sois unos numereros!

Y nunca más se acercó al rebaño de Pitágoras, el pastor.


Escrito por Braulio Llamero


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Dos osos

Esto era un oso de peluche que soñaba con ser un oso de verdad. Y un oso de verdad que soñaba con ser de peluche. Ambos tenía sus buenas razones, ya que nada hay más frustrante que ser solo lo que uno es.

¿O no te pasa lo mismo a ti?


Escrito por Braulio Llamero


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Inteligencia

Un día le preguntaron a una de las mujeres más inteligentes del mundo:

-¿En qué te gustaría trabajar?

Pero ella, demasiado ocupada, nunca tuvo tiempo de responder.


Escrito por Braulio Llamero


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El poder (dedicado a Gallardón)

Ante la cercanía de su muerte, un rey mandó llamar a sus tres hijos.

-Solo uno de vosotros me puede heredar. Puede hacerlo el mayor, por tener más edad. Puede ser el segundo, por ser el más sensato. O quizá deba ser el tercero, por ser el más inteligente. Pero antes de tomar mi decisión, quiero saber lo que pensáis.

El más pequeño, inteligente como era, se puso a meditar sobre el aparente enigma. El del medio, con su habitual sensatez, consideró que no convenía precipitarse en la respuesta. El mayor, carente de inteligencia y de sensatez, desenvainó la espada y mató a los dos.

-¿Cuál era la pregunta?

El rey suspiró:

-Me temo que la lógica del poder aborrece la inteligencia y desconfía de la sensatez.

Y se apresuró a fallecer, por si su ya único hijo no podía esperar.

Escrito por Braulio Llamero


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FUENTE: http://losminicuentos.wordpress.com/