Vuela cuanto quieras, pero que ninguna droga te ate a tus vuelos. Sé libre como un pajarillo, vuela y elige una nube que se amolde a tu persona.
miércoles, 8 de julio de 2009
Nubes alocadas
Nubes alocadas
Parece que ese día iban alocadas. Tal vez llegaban tarde a alguna cita y el viento, deseoso de que desaparecieran, las sopló para que llegaran puntuales, y así quitárselas de en medio, para jugar a su antojo y sacudir a los tranquilos árboles.
Cogieron tal carrerilla que las nubes se atropellaban unas a otras. En su enredo alocado, algunos pájaros fueron tragados por las nubes y comenzaban a ahogarse dentro de ellas. Los pájaros vuelan, no nadan. Entre todos decidieron picar al mismo tiempo en las barrigas infladas de agua. Consiguieron hacer pequeños agujeros por donde iban soltando el agua. De esta forma comenzó a llover, y las nubes a desinflarse. Cuando no quedaba ni gota de agua dentro de sus barrigas arrugadas, salieron en desbandada, y se pusieron a salvo.
Cada uno de ellos tiro para diferente sitio. Unos se quedaron en las ramas de los aboles, otros en tejados y alamedas. Pero el viento se apoderó del paisaje y los pobres pájaros, que clavaban sus uñas con una fuerzas descomunal en la corteza de los árboles, eran arrancados sin piedad de ellos, y en sus uñas jirones de corteza que naufragaban a la deriva por pequeños riachuelos.
De los árboles comenzaron a salir enormes lagrimones. Lloraban una especie de sangre viscosa y pegajosa que era transparente. No era roja como la sangre de los animales y humanos. En su furia trozos de viento se quedaron atrapados en esas lágrimas pegajosas.
Inofensivos e inertes los pájaros, yacían en una gran alfombra de plumas adormecidas. Quebradas sus alas, imposibles de poder utilizar para escribir una sola letra. Pero por arte de magia una de las plumitas comenzó a moverse y mojar en tinta roja, del corazón de un gorrioncin que de miedo, y muy asustado murió. Raudos y veloces montones de pétalos blancos fueron a caer cerca de él, y la pluma misteriosamente se impregno de tinta roja del tierno corazón del gorrión. En cada uno de los pélalos decía algo diferente:
Amor a la vida es el respeto por todo lo que nos rodea.
Viento no seas tan veloz, y deja que los demás también correteen y se regocijen.
Nubes, no corráis tanto, en la vida hay muchos minutos para conquistar el mundo.
Árbol serénate, pues el viento por atolondrado se quedó consolidado a ti y moverá tus ramas en las noches de inviernos, y en la primavera tiernas hojas verdes hará crecer, durante el verano, tú fruto madurar. En el otoño con las hojas secas, hará sonajeros para acallar a los niños y una gran alfombra en el bosque para que duerman los animales...
Cada uno tenemos una forma de vivir en este mundo y una misión por hacer. Si se trasgrede la naturaleza, ella nos asfixiará. O uno es más inteligente o por el contrario morirá en alguna de las incursiones en desbandada de las nubes.
Buen semental. No estaba muy a gusto que fuera a hace fotos. Me miraba de de reojo, claro que yo también a él, y no por creerme más fuerte, si no por algo de miedo y respeto ante tan enorme ejemplar. Pero como no me dijo nada, yo seguí allí tranquila. Buenooooooooooooo, tranquila no, estaba algo neviosa, seguro que si en ese momento gira la cara y me mira, salgo corriendo y me subo en lo más algo de un pino.
Y ellos disfrutan como madre e hijo. Nada les importa en ese momento, solo ser felices. Comer, respirar, beber, estar juntos, y que los ojos de alguna persona enamorados de ellos disfrutes con verles galopar por el prado.
O viendo como amamanta a su potro. Ellos agradecidos a la vida, se dejan acariciar y mirar.
La vida además de amarguras, tienes estos ratos magicos. El disfrute en libertad del animal más noble que existe.
Aquí dejo un enlace de como este bello animal puede ayudar a niños con problemas...
http://www.decaballos.info/equinoterapia.html
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2 comentarios:
Isabel me ha gustado mucho esta entrada , la historia de las nubes alocadas PRECIOSA, y las fotos de el torito y los caballos muy lindas, un abrazo.
Gracias Julia, me alegra que te guste. :-) Lo hice media hora antes de irme a la cama. Jajajaja no es una buena historia, pero estaba aburrida y salió esto. Yo sola me decía: ¡¡¡Que tonterias escribes isabel!!! Pero lo dejé. Isabel me digo a mí misma cuadno estoy enfada conmigo misma porque no aproveché el día como me hubiera gustado.
Me alegra que te guste.
Un abrazo
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