lunes, 26 de julio de 2010

Un mar de arco iris

Nadie te va a regalar un mar de arco iris.

Tampoco una tormenta rugiendo.

Ni un cielo limpio de nubes.

O unas nubes que te hagan revolotear en un gran sueño.

Tú puedes soñar dormido,

o por el contrario soñar despierto,

e ir en busca de esa quimera que tanto anhelas.

Nadie te va a regalar el bienestar,

si tú no te esfuerzas para obtenerlo.

Nadie te va a regalar su sonrisa,

si tú primero no la has ilustrado en tus labios.

Nadie llorará por ti,

si tú no derramaste tus lágrimas por esa persona primero.

Nadie moverá tus brazos ni tus  piernas,

para que salgas a flote y no te ahogues.

Nadie respirará por ti,
si tú quieres dejarte morir…

¡¡De pronto!!
¡¡El sol aparecía con los tonos de un arco iris que sonreía!!

¡¡El mar se tiñó de color...!!

Azucena en decimas de segundos se lo pensó mejor,

agitó sus pies, y batió sus brazos con fuerzas,

saliendo en decimas de segundo a la superficie…





No me he dado cuenta y no lo he firmado.
No tengo posibilidades de firmarlo en estos momentos,  para volver hacer otra foto, ya que el cuadro está en el pueblo.

Mientras mi compañero dormia la siesta el sábado, yo pintaba.
Sí si, ya sé que es un cuadro que parece muy infantil, pero aun tengo algo de infantilona. Ojalá no lo perdiera nunca. Pues siendo infantil se sufre menos que con las cabezas más maduras y tediosas.

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