viernes, 23 de julio de 2010

Otoño en la huerta


Otoño en la huerta




Hubo un tiempo en donde el huerto disfrutó del color de la vida, digamos de ricas hortalizas, árboles frutales en donde ahora se ven solo ramas que se resquebrajan. Lechugas tiernas que con tan solo mirarlas se deshacían. Ahora sólo se ven matorrales amarillos, pajas rojizas, ramas quebradas,… La huerta en un tiempo disfrutaba de una lozanía sin igual. Toda clase de plantas comestibles, un arco iris enérgico, dinámico brotando de la tierra. Como todos los huertos que con esmero cuida el hortelano, tenía mucha frescura y agrado al contemperarlo. Era todo un placer sentarse la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y a escuchar el canto de los pájaros que se acercaban por aquél edén en donde los alimentos se multiplicaban por arte de magia. Pero poco a poco, la verdura y los frutos comenzaron a languidecer.

El color de la tierra se convertía en colores más fusionados, colores diferente: rojos apagados, color teja, amarillo sulfatado, naranja aviejado, morado en decadencia. La tierra no lucia esa gran sonrisa de la juventud que luce en primavera. Los corazones eran tocados por la melancolía del otoño. La tristeza poco a poco iba haciéndose presente.

Los ánimos iban adoleciendo y la huerta cada vez estaba más desierta. Los pájaros se escondían o emigraban a otros lugares. Los insectos se morían en soledad. El sol se iba con más premura a dormir. Solo quedaban las hojas secas y cuarteadas tiradas por el suelo, con los palicotes desnudos, secos y tronchados de las ramas. Una gran alfombra multicolor acompañaba a los campos. Unos la veían con ojos acuosos, el otoño hacía que su corazón sufriera. Otros lo veían como algo natural y un proceso de la vida. El otoño es un período de cambio en la vida del campo, al igual que lo es en los humanos en que se declina de la plenitud hacia la vejez.

Lo más importante de todo esto es:
Si hemos nutrido durante la vida activa nuestro espíritu, éste no enfermará. Por el contrario, habrá un cuerpo arrugado pero una mente abierta, y preparada para hacer frente a muchos otoños.
Cambia el color de tu otoño, piensa en positivo y en colores que te hagan vibrar cada día.

Si el mundo te da la espalda como el otoño al campo, te tienes a ti mimo. Ya llegaran más primaveras. La vida es así. O te colman de caricias, o te dan mamporros a cada segundo.

Esta pintura es de mi cosecha. Es una foto que hice un otoño
Pincha aquí para ver la foto original Otoño en la huerta

No hay comentarios: