sábado, 1 de diciembre de 2007

Taller de Salud






Historia de otra compañera:
Harta de recibir tortas por todos lados, decidió de irse con 19 años a Alemania a trabajar.
Contaba, que cualquier cosa que se rompía, algo mal hecho, las tortas siempre iban a su encuentro. Le llegaban de derecha, izquierda y del frente.
Todo ser humano tiene un límite y decidió irse de su casa. Se lo dijo a su padre que era el único que le daba algo de protección y cariño. Sus hermanos estaban amenazados por la madre: después de torta tras torta sin saber el motivo, a mi compañera la dejaban incomunicada. La madre les decía que el que la mirara le daría como a ella. Así que sus cuatro hermanos no la miraban, la dejaban solita llorando.

Con diecinueve años decide irse lejos de casa. Su destino será Alemania.
Para ello cuenta con la complicidad de su padre. Ahí su padre fue firme y no se dejó avasallar por la mujer. Acompañó a su hija para hacerse el pasaporte, un permiso que necesitaba de buena conducta, y tenían que dárselo en la sección femenina de falange española.
Ella era menor de edad, en esos tiempos, hasta los 23 años no se era mayor de edad y se requería la firma del padre.

Salieron en tren para Alemania ella y una prima que si era mayor de edad. Allí llegaron y seguro no lo pasaron nada bien hasta acomodarse, pero al menos no le llovían los guantazos.
A los pocos meses, y con dinerito ahorrado en el banco, recibe una llamada de su casa: vente, mamá esta muy mal, se muere. La fecha exacta era del día 15 de diciembre de 1966. Recogieron cosas, sacaron el dinero del banco y para casa a ver por última vez a la madre que tantos sopapos le regalaba sin ser ella culpable de nada.
Cual fue su sorpresa que la recibe la madre toda contenta, vivita y coleando.
Está claro que ella no tenia suerte. Cuando estaba acomodada y ganando dinero como trabajadora en una fabrica, sus esquemas se rompen y de nuevo a casa a seguir recibiendo bofetadas de mamá.

Su madre la recibió bien y lo primero de todo fue pedirla el dinero que había ganado en Alemania.
De nuevo el mismo calvario hasta que ella se plantó y la dijo a la madre que no se la volviera a ocurrir tocarla una sola vez. Parece que la madre cogió algo de miedo por la forma que se puso.
De momento no más tortas. Ella se saco el título de corte y confección. Trabaja en casa, hacia las labores de casa, le pagaba a su madre la luz, el gas y encima la madre la tenía de criada gratis.

Uno de los días no daba más de si y pido a su madre que la ayudara a coger la ropa que estaba tendida. ufffff, para que queremos más. Contaba que se puso como una fiera. Ella no la tocó, se encargó su hermano de ponerla la cara como un monstruo.
Para que no la viera su padre, se metió en su habitación a llorar y al día siguiente se escapó a casa de la hermana mayor.
Problemas familiares surgieron a raíz de esto. La madre dejó de hablar a la hermana.
En fin que de nuevo se vio otra vez en casa. La madre manipuló a la hermana y ésta la echó de casa. En cuanto encontró novio, a los pocos meses se casaron y dejo aquél tormento. El novio la quería mucho; la hacia regalos muy buenos. Se casaron, fueron de luna de miel y ahí, de nuevo comenzó otra tragedia para ella.
Eso sí los malos tratos ya no eran de golpes, si no, psicológicos.

Años después, lo que son las cosas, la madre murió con 88 años y el día 15 de diciembre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Triste la historia, esa madre no sabe lo que se ha perdido, espero que si cuando lo lean y puede haber alguna de esa manera, reflexione,espero que la vida la recompense con creces se lo merece.
Un abrazo SEFA

Anónimo dijo...

los maltratos psicológicos son casi peores que los golpes, por lo menos en el sentido de poder demostrar estar sufriéndolos.

Espero que tu amiga haya superado los traumas que ambos maltratos le hayan causado.

Unknown dijo...

Hola Sefa, gracias por el comentario. Sí ella es feliz a su manera.

Una brazo

Unknown dijo...

Mar, sí ella ya supero los maltratos. Creo que lo que no tiene remedio, debemos de olvidarlo y tratar de solucionar lo que si lo tiene y se puede cambiar.