martes, 6 de octubre de 2009

Cosas de Gatos


Me hablaba y contaba  sus aventuras.
Agradece que lo llevara a la casa del pueblo.
Allí hay más gatos y pude hablar con ello.
Sentirse menos solo que en  la ciudad.
En el pueblo  puede subirse a los tejados, y mirar  a la luna,
jugar con ella como si de un ovillo de lana se tratara.
Voy de Don Juan,
y a todas las gatas las tengo enamoradas.
A los ratones, ni caso les hago.
 La abuela nos hace comida de puchero.
Los fines de semana comemos cascaras de langostino.
Espinas de sardinas, y restos de otros pescados.
Vivo como un rey, voy de tejado en tejado.




Comparto cama, habitaculo con otros 8 gatos.
A veces es necesario aislarse para poner la cabeza en orden.
La soledad buscada es necesaría.




De bebé fui muy travieso,
pero me quisieron mucho.
Me mimarón, me dieron cariño,
amor, caricias y sobre todo me protegieron.
Por eso ese gran gato de arriba, soy  yo, bien educado y  muy sociable.



Dormí placidamente en el regazo de quien me cuidaba.
Sentí calor humano.
Notaba como me querían y mimaban.
Me decián cosas bonitas, y me acariciaban.




Era como un juguete de peluche.
Me metía entre los pies,
y más de una vez estuve a punto de ser aplastado.
Arañaba las piernas a Isa para que me cogiera en sus brazos, y me mimara.
Me escondia bajo la cama para asustarla.
Jugaba como cachorro travieso,
 y llamaba la atención de los humanos.
Cuando  me llevaron con más gatos,
me setí liberado y le doy gracias  a la vida,
por la felicidad que me ha dado.

Autora: Isa, yo misma





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito escrito Isabel..sigue escribiendo creo que es algo que se te dá muy bien.Al menos a mi me gusta mucho lo que escribes. Un gran abrazo querida amiga.Hasta pronto...Cuidate.

Unknown dijo...

Gracias Julia, me alegra que te guste. Otro abrazo para ti.