... mi garganta se quiebra sin hacer ruido alguno.
Los suspiros se ahogan entre las paredes rotas.
Ya no revolotean las Mariposas cuando salen de mi garganta.
.Ya no escucho cantar los pajaros en los árboles.
Ya no veo las estrellas en la noche.
Ya no canta el grillo en su morada.
Las luciérnagas se apagaron como la llama de una cerilla.
Ya no me despierta el gallo, ni el burro rebuznando.
Ya no huele a cochinera, ni a estiércol, ni a madrugada.
El olor del campo se evaporó, huele a ciudad,
a humos, y a soledad entre tanta gente.
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