miércoles, 7 de mayo de 2008

Sólo por Amor

Mi cita semanal hoy estuvo muy bien :-) No hubo mordiscos de orejas ni tocamientos impuros jajajajajajaja. Y sí una especie de gallinero y gallinas cluecas :-) :-) :-).
María Lucía, la profe, decía una palabra y seguido sin demorar, nosotras teníamos que cantar una canción. Por azares de la vida estamos divididas en dos grupos: Las más veteranas de edad y las jovencitas. Yo soy la peque jajajaja y me miman, una peque que en el próximo mes cumplirá 48 añitos :-) :-).
En en grupo de las veteranas hay alguna mujer que ya cumplió los 65 ;-). Saben mas que Lepe y tienen mucha historia y sapiencia de la vida.
En realidad no hay grupos, somos todas para todas, pero la profe divide la clase para que en esos momentos haya competencia y nos superemos.

Bueno pues allá va el gallinero y las gallinas cluecas cantando a toda voz. Las veteranas salen por sevillanas: Una de Manolo Escobar la de: no me me gusta que a los toros te pongas la minifalda "creo, no me acuerdo muy bien" y nostras por canciones de amor más relajadas, que ahora mismo, caramba, mi mente se cerró y no me viene a la cabeza el titulo ni letra jajajajaja. Nada, que me está saliendo humo de tanto pensar y no hay nada que hacer :-).
Total empatamos dos a dos.

Seguido, continuamos con la risoterapía e hicimos un cuento instantáneo y rápido. La profe comenzó:
Había una vez un hombre;que se puso ha bailar; y estaba muy bueno muy bueno; una mujer se puso a bailar con él; se desmayó; otra mujer le echó una jarra de agua y le dio una bofetada; otra mujer que no le gustó que le pegara dio una bofetada a la mujer que pegó al hombre que estaba tan bueno; Otra de ellas llegó y lo besó, lo acarició ardientemente; en esto que llega un policía; el policía dijo que eso era una vergüenza y exhibicionismo en la calle, total que se lo lleva al hombre a la cárcel; otra de las mujeres lo sacó de la cárcel; pero otra mujer que lo vio dijo que ella no quería saber nada de líos y tiró para otro lado; después llegó otra dama algo caliente y se lo llevó a la cama; mi compañera de al lado dejó de hablar a la dama que se lo llevó, por que tenía celos y envidia de lo que hizo; yo dije que sólo observaba para contar la historia, sería la narradora; pero yo no era la única observadora, Candi también observaba callada; y la última mujer dijo todo era un lío padre y no quiso saber nada de la historia. Y colorín colorado este cuento se ha acabado :-)
Lo gracioso es que cada una de nostras tiene que repetir lo que dijeron las demás. Podéis haceros una idea cuando llega a las últimas que somos siempre nosotras las jóvenes, como va de recargado el cuento. Unas añadimos cosas que no son y otras se las comen o comemos mejor dicho, jajajaja.
Nos dimos una sesión de risoterapía y cargamos las pilas para reflexionar sobre el cuento de abajo.


Sólo por amor.


Camino por mi camino.

Mi camino es una ruta con un sólo carril; el mío.

A mi izquierda, un muro eterno separa mi camino del camino de alguien que transita a mi lado, al otro lado del muro.

De vez en cuando, en este muro encuentro un agujero, una ventana, una hendidura... Y puedo mirar hacia el camino de mi vecino o vecina.

Un día, mientras camino, me parece ver, al otro lado del muro, una figura que transita a mi ritmo, en mi misma dirección.

Miro esa figura:es una mujer. Es hermosa

Ella también me ve. Me mira.

La vuelvo a mirar.

Le sonrío... Me sonríe.

Un momento después, ella sigue su camino y yo apuro el paso porque espero ansiosamente otra oportunidad para cruzarme con esa mujer.

En la siguiente ventana me detengo un minuto.

Cuando ella llega, nos miramos a través de la ventana.

Le digo con señas lo mucho que me gusta.

Me contesta con señas. No sé si significan lo mismo que las mías, pero intuyo que ella entiende lo que quiero decirle.

Siento que me quedaría un largo rato mirándola y dejándome mirar, pero sé que mi camino continúa...

Me digo que, quizá, más adelante, en el camino, habrá seguramente una puerta. Y a lo mejor, yo puedo cruzarla para encontrarme con ella.

Nada dá más certeza que el deseo, así que me apuro para encontrar la puerta que imagino.

Empiezo a correr con la vista clavada en el muro.

Un poco más adelante, la puerta aparece.

Allí está, al otro lado, mi ahora deseada y amada compañera. Esperando... Esperándome...

Le hago un gesto. Ella me devuelve un beso en el aire. Me hace una seña como llamándome. Es todo lo que necesito. Avanzo contra la puerta para reunirme con ella, a su lado del muro.

La puerta es muy estrecha. Paso una mano, paso el hombro, hundo un poco el estómago, me retuerzo un poquito sobre mí mismo, casi consigo pasar mi cabeza...

Pero mi oreja derecha se queda atascada.

Empujo.

No hay forma. No pasa.

No puedo usar mi mano para retorcerla, porque no podría poner ni un dedo allí...

No hay espacio suficiente para pasar con mi oreja, así que tomo una decisión ...( Porque mi amada está allí y me espera). ( Porque es la mujer con la que siempre soñé y me está llamando...)

Saco una navaja de mi bolsillo y, de un sólo tajo rápido, me atrevo a darme un corte en la oreja para que mi cabeza pase por la puerta.

Y lo consigo, mi cabeza consigue pasar.

Pero después de mi cabeza, veo que es mi hombro el que queda atrapado.

La puerta no tiene la forma de mi cuerpo.

Hago fuerza, pero no hay remedio. Mi mano y mi cuerpo han pasado, pero mi otro hombro y mi otro brazo no pasan...

Ya nada me importa, así que...

Retrocedo, y sin pensar en las consecuencias, tomo impulso y fuerzo mi paso por la puerta.

Al hacerlo, el golpe desarticula mi hombro y el brazo queda colgado, como sin vida. Pero ahora, afortunadamente, en una posición tal, que puedo atravesar la puerta...

Ya casi estoy al otro lado.

Justo cuando estoy a punto de terminar de pasar por la hendidura, me doy cuenta de que mi pie derecho se ha quedado enganchado al otro lado.

Por mucho que me esfuerzo y me esfuerzo, no consigo pasar.

No hay forma, la puerta es demasiado angosta para que mi cuerpo entero pase por ella.

Demasiado angosta; no pasan mis dos pies...

No lo dudo. Estoy ya casi al alcance de mi amada.

No puedo echarme atrás... Así que , agarro el hacha, y apretando los dientes, doy el golpe y desprendo la pierna.

Ensangrentado, a saltos, apoyado en el hacha y con el brazo desarticulado, con una oreja y una pierna menos, me encuentro con mi amada.

-Aquí estoy. Por fín he pasado. Me miraste, te miré, me enamoré. He pagado todos los precios por tí. Todo vale en la guerra y en el amor. No importan los sacrificios. Valían la pena si eran para encontrarse contigo, para poder seguir juntos... Juntos para siempre...

Ella me mira mientras se le escapa una mueca.

-Así no, así no quiero... A mí me gustabas cuando estabas entero.
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El cuento es como nuestro espejo. Y siempre vemos a través de él. Nosotras sabemos como somos y sabemos que somos igual que la está al otro lado de la tapia. Pero realmente no nos vemos así, y aunque intentamos ser como ella, no lo conseguimos porque ya lo somos, solo que no nos vemos. Estamos empeñados en imitar o a ser como otras personas sin mirar en nuestro interior. Es como si camináramos en paralelo para reencontrarnos a nostras mismas pero siempre encontramos obstáculos. Estos obstáculos son, que no nos aceptamos tal y como somos. Ella cuando mira por el agujerito al otro lado, se ve preciosa pero no se conoce lo suficiente para darse cuenta que es ella. Es única e irrepetible y que ha de ser ella misma. Lo importante de nosotros, es que seamos nosotros mismos y no queramos imitar a otros. A veces es un proceso doloroso aceptarnos como somos, y por ello tendemos a la dicotomía entre lo que somos, lo que decimos y como actuamos. Este comportamiento nos aturde y no nos deja ver que somos maravillosas/os Y que tenemos que aceptarnos y ser nosotras mismas sin importarnos lo que diga el vecino/a. Yo soy así, y soy así porque soy única, si cambio algo en mi, ya no soy yo, y entonces no me reconozco y de ahí esa pelea con nuestros sentimientos y nuestro yo.
Ala, a ser uno mismo y no querer ser ni actuar como otros. :-):-)

domingo, 4 de mayo de 2008

Monestir de les Avellanes

Qué sueñoooooooooo. Hemos amanecido a las 4:30 horas. Un lavado de gatos. Desayuno de lechecita con café y dos bizcochillos de soletilla, jejejeje, entran en el régimen. ¡¡¡Esta vez sí que estoy haciendo bien mi dieta!!!.
Mi chofer particular jijijiji se fue a buscar el coche al garaje, mientras tanto yo terminaba de recoger la cama y los cacharros del desayuno y rinnnnnnnnnn, a los diez minutos el timbre suena. El chofer ya llegó :-)
Cargamos los bolsos de viaje y despacito a Cataluña. La primera parada a las a las 7:30 horas. Una no aguanta mucho por el diurético de la mañana y así de paso, mi compañero se tomó un cafetito para espabilarse. Y mira que no dejé de cascar en toda la mañana, pero aun así las persianas se le bajaban. El cafetito lo espabiló y por fin pude dejar de desenhebrar la aguja y cambiarla de otro color. Esta vez fue un hilo musical de Ismael Serrano que lo llevó todo el camino tarareando.
Después de ver un bonito paisaje y de rascarnos el bolsillo para pagar la autopista por una módica cantidad de 23,50 euros, llegamos a Santa Coloma de Gramanet en Barcelona a las 11:45 horas. Besitos, muchos besitos a la familia. Platón estaba arisco y nos enseñó sus colmillos caninos, pero como a los 5 minutos ya era nuestro amigo. Descansamos y charlamos un rato hasta la hora de la comida.


Después de comer, tuvimos una dilatada tertulia y reposamos un poco mientras hacíamos la digestión. Alguno se echó una siesta en el sofá, y salimos para ver Barcelona. Paseamos por el Barrio Gótico, la Catedral, Las Ramblas, bajamos al puerto, entramos al Maremagnum, aquí cenamos, y de vuelta a casa. Un poco de tertulia, un poco de tele y a la cama. Algunos dormimos entre algodones y no nos enteramos de nada. Amanecimos el vienes, 2 de mayo, más frescos que una lechuga y con el día programado. Fui con mi cuñada a comprarme unos zapatos para mis pies delicados. Me probé los zapatos y yo notaba que el derecho era perfecto, entró en mi pie como un guante. El izquierdo estaba demasiado holgado. Comenté a la señora que me atendió que eran muy cómodos y que notaba bastante diferencia de un pie a otro. Contestó que siempre un pie es mayor y otro más pequeño, pero yo no estaba cómoda. Aun así pague 79 euros por los zapatos y salimos para casa. Antes hicimos algunas compras y yo no dejaba de mirarme el zapato izquierdo, no estaba a gusto con él. Mi cuñada me dijo varias veces que qué me sucedía, yo sólo decía que me quedaba grande. Por fin se la ocurrió la brillante idea de que me quitara el zapato y mirara para ver si eran el mismo número jajajaja y uno era el 34 y el otro el 35 jajajajaaja. Ese era todo el problema ¡¡Qué vergüenza!!! Después de llevar más de 10 minutos andando con los zapatos nuevos, tuvimos que volver otra vez a la tienda y expuse el problema. Las dependientas me pidieron disculpas y no hubo ningún inconveniente. Me dieron el numero correspondiente del pie izquierdo y entró como un guante. Los pies iban como en una nube de algodón blandito y azucarado, de lo dulces y acariciados que iban por la suavidad de la piel. La verdad son caros pero los pies lo agradecen. Una ya tiene juanetes y los tiene que cuidar.


Seguido y hecha la compra, viajamos a Lérida, la Cataluña interior. Visitamos el Monestir de les Avellanes. El Monasterio es un lugar muy tranquilo para pasar unos días con la familia y relajarse. Los campos están adornados con árboles de avellano y vides. Hay mucha arboleda y verdor. Un lugar para la meditación y el disfrute de la naturaleza. En el interior del Monasterio hay una exposición de Enric , aquí dejo algunas de sus obras. Éramos cuatro adultos y un joven de 16 años y la verdad, salimos satisfechos de las obras contempladas. A mi compañero le gustó mucho el de la Campesina. A mí cuñada el de la Virgen con relieve. A mí me gustan todos, entre ellos hay uno que yo he servido de modelo. Mi hermano y Samuel, no se decantaron por ninguno. Se ve que todos los cuadros fueron de su agrado. El suelo del habitáculo donde está la exposición, en sí es un autentico museo de capiteles del siglo XVIII, cubierto por un cristal transparente por donde se puede pasear y contemplar estos preciosos terminales de columnas de piedra. Preguntamos para comer en el lugar, pero solo quedaba una mesa para tres personas, ¡¡qué lastima éramos cinco!!. En un cartel de publicidad recomiendan otros restaurantes cercanos entre ellos Calpepito del cercano pueblo de Balaguer. Este restaurante está en la plaza del citado pueblo. El menú extraordinario. Por 12 euros por persona se come de maravilla. Comida sana, fresca y bien presentada. Yo pedí una ensalada mixta que estaba compuesta de: lechuga, huevo duro, aceitunas, tomate, espárragos, alcachofas, pimiento y angulas. De segundo conejo en salsa, estaba rico rico, y de postre sandia. Mi compañero tomó como yo solo que el postre lo cambió por helado. Mi hermano tomó igual menos el primer plato que fue gazpacho. Samuel macarrones al pesto, de segundo tomó croquetas y sandia de postre. Mi cuñada la ensalada y de segundo bacalao y también sandia de postre. Una vez terminado de comer paseamos por el pueblo y su plaza, de esta manera bajaría mejor la comida y el vino, quienes lo bebieron, también se iría a los pies y no a la cabeza :-) .
El pueblo está atravesado por el río Segre. Por cierto, le podían limpiar un poco. Hay montones de hojas podridas entre la belleza de montones de patos, ocas y cisnes que se entretienen en comer enormes y pequeños peces. Sobre las 17 horas hicimos el viaje de regreso a casa. Ducha y salimos de paseo y a cenar de tapeo. Después un gran paseo y a casa.
Algunos nos acostamos pronto por cansancio. Otros se quedaron a ver la tele hasta las tres de la mañana con su sobrino.


Sábado por la mañana fuimos a visitar a los tíos. Mi tío Ángel el hermano de mi padre y su mujer Agustina. Los primos no estaban. Salieron con sus familias de viaje a otros lugares. Sobre las 13 horas volvimos a casa y ya tenía mi cuñada la comida preparada. Comimos y nos fuimos a ver de jugar al fútbol a Samuel. Samuel lleva jugando desde muy niño al fútbol. Ahora juega con el Badalona. Y allí estuvimos viendo como jugaba contra la Grama. Perdieron dos uno, pero jugaron muy bien. El equipo de mi sobrino ya está clasificado en la liga y no necesitaban ganar :-) Vinieron más familia del futbolista y luego, todos juntos, nos fuimos a dar un paseo y tomar un refresco en la Plaza de la Vila. De vuelta a casa pedimos unas pizzas para cenar todos unidos. Terminada la cena y tertulia, cada mochuelo a su olivo y a dormir: el domingo nos esperaban 630 kilómetros de vuelta. Y ahora, en el camino, mientras mi compañero conduce aquí está una servidora, dándole a las teclas del portátil y, a punto de agotar la batería de éste.
El viaje fue bien, llegamos a casa a las 15:15 y después de una ducha, lavadora tendida y demás ropa colocada, aquí estoy de nuevo escribiendo y subiendo fotos.