miércoles, 27 de mayo de 2009

EL POZO





El pozo

¿Cuántas veces te has hundido?
Caes en tu hoyo de mutismo, de silencios.
En un precipicio de rabia, de ira, odio y cólera.
Cuando crees haber tocado fondo,
subes de nuevo a la superficie,
te restableces poco a poco,
hasta levantar el vuelo.
Aunque tu piel queda hecha harapos.
Recapacitas, miras en tu interior y,
te das cuentas que eres como un guiñapo.
Lo que hallaste en tu corazón,
en la profundidad de tu existencia,
no es en realidad tu forma de ser,
de sentir, ni de pensar.
No quieres volver a enclaustrarte en tu pozo.
En esa ciénaga de lodos.
De rencores y heridas supurando.
Te gusta más la superficie,
en ella huele a jazmines.
A rosas, a vida sana y cantos infantiles.
Ponle una verja a tu corazón.
Y no dejes que la envidia, los celos, la rabia,
la inquietud, los rumores,…
Te encierren de por vida en el abismo.

Escritora: Isa, yo misma

lunes, 25 de mayo de 2009

Boda en la Finca la Peña del Agua

No he pedido permiso para sacar las fotos en en mi bog. Espero que no tenga problemas :-)
He aquí el novio con la lengua fuera, si es que es un bromista y no iba a ser menos en su boda.




Qué guapo está mi novio :-) Y mi cuñado, y primos.



He aquí el lugar donde fueron casados por un Concejal.











El sábado por la tarde estuvimos de boda en la Finca La Peña del Agua.
http://www.p-delagua.com/
Un lugar en contacto con la naturaleza. No tuvimos mucha suerte, la lluvia nos vino a visitar, pero el sitio es estupendo para celebrar cualquier tipo de evento, y estar reunidos con las personas que más quieres.
A pesar de la lluvia, es un lugar hermoso. Y el personal muy cualificado y una atención exquisita.
Después de la ceremonia dejó de llover y el coctel de bienvenida, y la cena incluida se hizo en una enorme carpa acondicionada. Había calefacción incluida. Como el coctel de bienvenida fue muy variado, los canapés y bebida enseguida hicieron efecto y los paseos hacia los servicios fueron muy concurridos. Estaban un poquito lejos de la carpa. Pero incluso venía bien. Así con el paseíto, la comida bajaba y dejaba hueco para seguir degustando. Me encantaron los canapés y todo tipo de bebidas.


Una servidora se tomo tropecientos canapés y cinco zumos de tomate. :-) Tuve que ir en dos ocasiones a desocupar mis entretenidas y alimentadas tripas. Se ve que los camareros/ras, sabían donde estábamos los más glotones y soltaban una bandeja y traían otra y otra,...
La cena estuvo igualmente muy bien. AAyyyyyyyyyyyy, que no recuerdo muy bien. Voy a intentar explicarlo. Era medio melón de invierno, de estos chiquitos. Adornado con piquitos de su propia cascara. Y en el centro un coctel de marisco. Exquisito. Después llegó un hojaldre de salmón, igualmente riquísimo. Un rico y refrescante sorbete de mango, que una servidora tampodo se tomó, pues estaba muy cargado de champán. Seguido un buen trozo de solomillo de ternera con patatas risotadas, cebolla y pimientos del piquillo. Esto se lo di a mi cuñado Paco. El no probó ni el coctel de melón ni el hojaldre de salmón, dice que son, con perdón y todo mi respeta para los homosexuales, dice que son mariconadas. Él es muy bruto, es de pueblo y le gusta un buen plato de patatas y un buen trozo de carne, y todas las demás exquisiteces dice que son eso, chorraditas y mariconadas. Hay que ver que brutos son algunos de verdad. Nunca serán refinados.




Después de solomillo de ternera y las patatas risotadas, llegaron los postres. Un pinta exquisita. Dos trozos de tarta de bizcocho de chocolate. Con una crema de chocolate caliente y una bolita de helado casero muy fría. Jajajaj, claro, mira que soy, la bola de helado ha de ser fría, si no, no sería helado. Esto se lo di a mi compañero. El es muy dulce y siempre necesita doble ración.
Después champan o cava, que una servidora tampoco tomó. Eso sí, una manzanillita para hacer la digestión si tome. Y un bombón muy rico de chocolate.

El lugar es muy romantico por la noche. Hay pajaros que cantan y un ambiente lleno de velas y luces que enamoran. Y el correr del agua es un sonido constante.

Al baile también me apunte, a pesar de que tenía los pies trituraditos metidos en mis zapatos nuevos. Me eché otros zapatos planos, pero me los solicitó la madrina. La madre de la novia. Y claro, yo se los dejé. Hacíamos intercambio. Cuando mis pies ya gritaban de dolor y pedían auxilio. Le pedía los zapatos planos a mi cuñada. Y ella seguía bailando descalza. Cuando a ella se la quedaban fríos, me lo pedía de nuevo y yo volvía a encarcelar a mis pobres pies. Un suplicio y una pena el maltrato físico que sufrieron mis deditos rechonchos y chiquitines. Yo en realidad, no me descalcé por miedo a clavarme un cristal. Pues hubo a alguien que se descuidó y el vaso fue a besar el suelo.

Y bueno a las cuatro de la mañana llegamos a casa y a dormir. El cansancio se olía a mil metros de distancia. Y nos metimos en la cama y ninguna carantoña. Nos dimos el culillo, y hasta otro día.