Mira mis pequeños picotazos.
Que causaron en mí grandes heridas.
Ni las gélidas noches del invierno.
Ni la ausencia de la luna.
Ni los exiguos rayos del sol,
hicieron que dejara de latir mi corazón.
La tierra que piso me da fuerza.
El roció de cada mañana,
se bebe mis lágrimas.
Me aferro a la vida, como el candil al aceite…
Mi mente a veces de malos recuerdos se turba.
Pero la fuerza de mi interior,
todos ellos los difumina.
Quiero ser la flor que te sonríe cada mañana.
Que te hace gozar en las madrugadas,
cuando tus ojos se clavan en mi alma.
Quiero ser el perfume que respiras.
Quiero con mis colores,
borrar los recuerdos de tu infancia.
Quiero que viajes en mi nube blanca.
Quiero regalarte la libertad.
Que tus ojos vean las crines al viento,
de varios corceles,
que galopan por la montaña.
Quiero que vueles y vueles,…
Que tu mente y corazón sean libres,
como el gavilán y la paloma.
Un amigo me ha contado, que a una niña de entre 8 y 9 años, su abuelo la ha violado. Esta flor y poema se lo dedico a ella, y la deseo toda la fuerza del mundo para que pueda superarlo. Seguro que con el cariño de su familia logrará olvidarlo, y será una persona de mente y corazon sano.