La belleza que nos colma los ojos, satisface el alma y lo calma. El día que pacientemente estuve contemplando aun con sol la montaña y mi pueblo, y despúes vi ésta maravilla, por la noche dormí como un liron/a. Estoy satisfecha por ser tan feliz y poder disfrutar de lo bella de la naturaleza. De poder distinguir el día de la noche. De poder tener un lugar en donde pasar las vacaciones.
La luna me sorprendió al terminar de hacer la foto de arriba. Giré y me topé con la luna que estaba a mi espalda, y que le había robado al sol su color de un fuerte amanecer. Estaba de un color anaranjado que parecía que se hubiera fusionado con el sol, o que éste en una ataque de pasión le hiciera el amor.
Subimos en burro, reimos, nos divertimos sin tener grandes cosas. La felicidad se consigue con los pequeños detalles del día a día. La felicidad no nos la da una joya en un determinado momento, o por un cumpleaños si los dias anteriores o siguientes, fueron o serán calamitosos, tampoco seremos felices si no podemos robar de vez en cuando un beso, una caricia, un te quiero. No se puede ser feliz solo en fechas puntuales, hay que serlo todos los momentos del día con los pequeños detalles que la vida nos va brindando.
Aquí está mi amiga montando en Gitano. Este día nos reímos y lo pasamos muy bien. Estoy convenciendo a mi compañero para que me acompañe al Pico de San Vicente, está a 1.300 metros de altitud sobre el nivel del mar. Y quiero que me acompañé él, así si necesito ayuda para llegar a la cima, él me da la mano y tira de mí. Me encanta andar y subir montañas, pero no me es facil llegar a las metas, necesito más tiempo que los demás por mis valvulitas de metal. Pero llegar llego, y para mí es toda una gozada.La adrenalina bulle en mi interior pensando que sí lo lograré. Y cuando llego me relajo como si tuviera un dulce y hermoso orgasmo.