La luna está al fondo en cuarto creciente, está chiquitita, pero si miras los detalles la veras.
Estas fotos son del fin de semana. El campo está precioso y los bichitos pululan por el ambiente a sus anchas. Los árboles ya tienen pequeños frutos que con el tiempo irán engordando, y serán las delicias del postre en nuestra mesa. Pero claro, esto no nace así porque sí, hay que trabajarlo, acariciar a los árboles y mimarlos. El campo es muy esclavo, pero cuando la cosa va bien nos da muchas alegrías al poder degustar lo que nos regala la madre naturaleza. Este fin de semana recolectamos espárragos, lechugas y acelgas. Así la cesta de la compra de momento la dejamos algo parada, y comemos cosas del huerto que nosotros cuidamos y plantamos. El fin de semana acompañó para caminar e ir a regar la cosecha. Los perales adornan con sus diminutos frutos como pequeñas guirnaldas, y alguna que otra flor que aun sigue embelleciendo el árbol, y perfumando el ambiente.
Las tomateras encontraron un lugar donde pernoctar, y refugiarse de las noches frías, y heladas. De esta forma, se les asegura una vida sana y un crecimiento seguro.
Los melocotones aspiran por lo menos, a ponerse tan redondos como la luna llena, que por la noche los ilumina y vigila. Seguro serán sabrosos y jugosos. Así es de agradecida la naturaleza, si le damos cuidados y abonos naturales, ella nos obsequia primero con belleza y alimento para los ojos y el alma, y después con productos sanos y sabrosos. Y esto y poco más hicimos en el fin de semana.
Ahhhhhhhhh, también bajamos a Talavera de la Reina a ver la presentación de un libro de un conocido de mi compañero. Otro día subo fotos de la presentación, y del Parque del Prado.
Hola amiguito, no te des la vuelta y juega comigo, le decía un bichito al otro. Si tu eres de mi especie, no te voy a comer. Me gustan las flores y libar su nectar
Ummmmmmm que suave perfume y calidez tiene esta manzanilla. ¿O tal vez estoy dentro del sol? Decía la mosca aturdida por respirar el buen olor, y el amarillo que la deslumbró.
Soy bella por fuera, pero también mi interior es bello. No hay que mirar solo el emboltorio, a veces nos llevamos gratas sorpresas, al conocer como son los demás de corazón. Decía la amapola hablando sola.