lunes, 13 de julio de 2009

Duende de Luz



Algo atrajo mi atención en el lugar. De pronto una luz se iluminó a pesar de haber estrenado la nueva mañana. Esa luz juguetona se escondía tras el árbol, me invitaba a jugar al escondite. En uno de sus descuidos, mis ojos y mi dedo dieron con ella y al hacer clic, fue captada por mi cámara. Al captarla sentía unas risas burlonas. En ningún momento sentí miedo. El Duende de Luz sólo estaba allí para hacerme la mañana más agradable.
De pronto todo se volvió mágico, los árboles se convirtieron en andantes caballeros. Las flores se abrieron y de ellas emanaban olores dulzones. Las abejas, moscas, y demás insectos, iban de flor en flor. Las ranas en la alberca entonaban una bella canción. Las lechugas crecieron, las judías verdes se desperezaron y alargaron. Enormes calabacines empezaron a reptar en las matas. El huerto era un lugar mágico. Mariposas, muchas, muchassssss mariposas acudieron a la llamada del Duende de Luz. Todas las mariposas eran iguales. SE multiplicaron y montones de alas de igual color y formas danzaban a mí alrededor. Mientras mi compañero, llenaba las cajas de lechugas, los sacos de calabacines, las bolsas de judías tiernas y verdes. Él no fue invitado a la fiesta del Duende de Luz.




Últimas frambuesas del año.El año que viene estaran ahí más hermosas y ricas.




La naturaleza en plena belleza.




Atrevida, vestida con su mejor galar. Estaba diciendo como: miramé que pronto mi belleza se esfumará. Todo es efimero menos el corazón y el espiritu.



Se ven tan indefensas y delicadas, que prefieren agruparse para darse fuerza unas a otras. Viven en comunidad y comparten todo.



Busca a tu princepe o princesa convertido en rana. Ahí entre el barro y el verde, estan esperandote.



Salió a mi encuentro y quería jugar conmigo. Me comprometía, se paraba y salía volando. Volvía a mi encuentro. Hasta que después de poder inmortalizarla, salió corriendo y desapareció.