lunes, 26 de octubre de 2009

Hombre de Barro, Hombre de la Guerra, Hombre Barrendero,...



Les prometieron, o escucharon por algún medio de información que en España se vivía bien, y se encontraron con la realidad. Aquí viven bien los poderosos. Los ricos, pero el hombre de a pie, vive. Trabajar para poder vivir y algunos para poder malvivir.

Como en el resto del mundo, la crisis, ha hecho que muchos hombres y mujeres se encuentren en la calle y sin trabajo. La única forma de encontrar un techo, es teniendo dinero para poder pagar un hostal, o compartir una vivienda pagando alquiler junto con otras personas.

Cuenta la historia que Dios hizo al hombre, y lo hizo de barro a su imagen y semejanza. Esto nunca logré entenderlo. Si somos iguales a su imagen y semejanza ¿Como en el mundo habitamos seres tan diferentes?

Diferentes de  color de piel, de ojos, diferente color de pelo, diferentes rizos y lisos. Diferente estatura. Diferente en formas de pensar, de amar, de ser,... Y muy difentes en clases sociales. No todos tienen/tenemos las mismas oportunidades.
Creo que debe de haber una errata o alguien se equivocó al escribirlo.

Pues aquí el hombre para ganarse el pan se volvió de barro. Es como si fuera la primera pareja de la creación. Al estar sentados, sin movimiento alguno, llaman la atención, y los transeúntes se paran a contemplarlos y hacerles fotos, dejando una propina, que harán que muchas manos voluntariosas y dispuestas a ayudar con unas monedas, éstas personas puedan comer cada día y cobijarse en algún lugar de la urbe de Madrid.

Seguro llegaron aquí pensando que les iba a ser más favorable, y se encontraron con la crisis. Y afortunados ellos que son ingeniosos, y pueden recibir algunas monedas para hacer frente a las necesidades más básicas.

Seguro a cada sonido del bote, el corazón se les alegra. Ya conocerán los sonidos más suaves de las monedas pequeñas, y los más agudos al caer monedas de mayor tamaño. No sé el tiempo que estarán expuestos, pero es peligroso no moverse ni un poquito durante mucho tiempo. Se exponen a que se les forme un trombo por falta de movilidad. Pero cuando hay que comer y la única forma de poder ganar es ésta, uno no se pone a pensar en  las contraindicaciones que conlleva para salud.

Y he aquí el estigma de que el hombre ganará el pan de cada día con el sudor de su frente. Pues esta pareja, mejor que no suden porque el barro se les derretirá, y no ganaran nada.





Es posible, tal vez no, que este hombre antes trabajara en algo relacionado con el ejercito, tal vez incluso fue a la guerra, y es el único medio que conoce para ganar el pan que se come cada día. Al menos estas personas son optimistas y siguen luchando y mirando hacia delante. Se ganan el pan con el sudor de su frente, ya que en pleno verano, con este traje, seguro sudó la gota negra. Hay que ganarse el pan con el sudor de la frente, de la manera que sea, sin robar ni hacer daño a los demás humanos, y así  sentiremos que el trabajo, sea cual sea, nos dignifica.


Y he aquí otro hombre con su ingeniosa escoba y traje de barrendero. A cada sonido, barre el cachivache de las monedas. A su alrededor, no hay ni un solo papel, seguro ya se encargó él de que estuviera todo tan limpio como la patena, de esta forma da buena presencia a los transeúntes.

Lo importe es trabajar, da igual el oficio, pero trabajar. Tan digna es esta persona, como un diputado, o como la Esperancita, o como el Gallardón. Bueno, diríamos que son más dignos que algunos políticos que prometen y prometen, y solo lo hacen para su bolsillo.

Autora: Isa, yo misma

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